El Transporte Limeño, visto desde las masculinidades

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Cada mañana, muchas limeñas y limeños nos trasladamos desde nuestros hogares a nuestros centros de labores o estudios; desplazándonos entre conos, distritos o zonas. Y nos trasladamos utilizando el transporte público. Durante este viaje, nuestro medio de transporte sea cual fuere -bus, combi, etc.- nos envuelve en un sinnúmero de interacciones que, en definitiva, son violentas. Es importante afirmar esto aunque el cotidiano de nuestra sociedad limeña haya naturalizado estas situaciones. Esta cotidianidad de la que hablamos nos involucra en la dinámica “Chofer de combi” – “Cobrador” – “Pasajero”. Triada peculiar por sus papeles a protagonizar. En principio, el chofer, a quien no es difícil ver competir con otro colega para ganarse los pasajeros, “metiéndose” de un carril a otro sin respetar las normas de tránsito, o accidentando algún peatón y argumentando no tener la culpa. Por otro lado el cobrador, personaje casi siempre descortés, sin ningún buen trato para el pasajero, y famoso por la frase “al fondo hay sitio”, la misma que implica total despreocupación por la comodidad de su cliente. Finalmente, el Pasajero, aparentemente destinado a verse sometido a los peligros e injusticias de lo primeros personajes pues en un bus o combi lo que importa es el número de usuarios y no la calidad de atención. Cito a Luís Bonino para intentar explicar mejor estas interrelaciones. Él habla de una masculinidad tradicional hegemónica basada en una creencia que se manifiesta en la forma de una belicosidad heroica (el chofer y su maquina), donde el hombre tendrá que ser fuerte y valiente para alcanzar el ideal del “Verdadero Hombre”. Según esta visión, el implícito manda ser resistente, defendiéndose y atacando a sus iguales, pero sobre todo sometiendo a los más débiles a su poder. “…La lucha, la conquista, el valor, el estoicismo , el eventual uso de la violencia para dirimir conflictos, el cuerpo como arma y la competitividad, son valores que derivan de esta creencia y que favorecen la producción del varón guerrero…” . Pienso que esta visión puede servir para intentar entender a muchos choferes de nuestro servicio público. Esto se vive día a día en las pistas de Lima, expresado en diferentes manifestaciones de masculinidad hegemónica, teniendo como actores principales a la dupla “Chofer y Cobrador” en un espacio donde ellos intentan permanentemente gobernar y donde todo parece un campo de batalla en el que el más avezado (el más vivo, el que tiene más calle) es quien logra vencer con un estilo peculiar. No sé si exagero al mencionar que, tal vez, este es el espacio donde se expresa con mayor notoriedad la masculinidad tradicional hegemónica y por ende la violencia masculina -ejercida principalmente contra mujeres, niños y niñas, ancianos, etc.; a quienes socialmente se les considera más débiles. Esto me llevó a preguntar sobre este punto a algunas estudiantes de la PUCP , buscando sus sentimientos y percepciones sobre esta dinámica violenta que se produce en las pistas de Lima, específicamente al interior de la combi o bus. A continuación, algunas de sus respuestas más significativas: “…las mujeres somos vulneradas en varios aspectos relacionados a la “Cultura Combi»… el acoso de los punteadores que aprovechan el menor freno brusco para hacer lo que te imaginas, ¡¡¿Las Víctimas?!! Mujeres jóvenes, mayormente escolares o preuniversitarias, que por vergüenza o temor simplemente se quedan petrificadas, o sólo atinan a bajarse o cambiar de sitio, si el carguero lo permite por el exceso de carga”. Entonces, finalmente, ¿qué hacer con esta dinámica violenta, tan asociada al modelo de masculinidad tradicional hegemónica, sobre todo cuando sabemos que este modelo se hereda de generación a generación?. Si intentamos una respuesta, pienso que no debemos de dejar de afirmar la importancia de trabajar con niños y adolescentes, planteándoles nuevas formas de masculinidad; sin abandonar el trabajo con jóvenes y adultos por su importancia en la transmisión de estos modelos y principalmente por su propio bienestar.

Fuente: Revista MAGÉNTA: noviembre de 2008.

 

1 comentario en “El Transporte Limeño, visto desde las masculinidades

  1. Francisco Marcial Meza Esqueche 22 diciembre, 2018 — 11:16 pm

    Este artículo es algo que escribí hace ya varios años y consideré que era la mejor manera de iniciar un blog sobre el tema recordando este texto inicial.

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